Con la llegada de las redes sociales y entre ellas “Facebook” han proliferado gran cantidad de grupos “por y para abogados” y “por y para el sector jurídico en general”.
Debido al uso de “nicks” y/o pseudónimos que la gente utiliza en las redes sociales es verdaderamente difícil saber quién o quiénes son los interlocutores y receptores en cada uno de esos grupos.
Por esa razón pude comprobar el peligro de hacer comentarios, sobre todo dudas e inquietudes, relativas al ejercicio del derecho, en nuestro caso, al ejercicio de la abogacía.
Fui miembro de un grupo de Facebook (cuyo nombre no desvelaré) en el cual existía y existe el problema del que os vengo hablando. Se trata de un grupo que cuenta con unos 11.000 miembros (imaginaos la cantidad de personas y de extraños) y en el que todos comentan y dan su opinión respecto a temas jurídicos y/o cuasijurídicos.
Pues bien, todo ocurrió una mañana de domingo: Una compañera (acreditada como abogada) escribió un “post” en ese grupo relativo a una cuestión jurídica y a sus fundadas sospechas de que en ese grupo no había tantos abogados como se creía, sino particulares y/o clientes “rebotados” o con ganas de ahorrarse el coste de las consultas.
Entre las respuestas una señora de edad avanzada, reconociendo que no era jurista, se permitió el lujo de menospreciar a la compañera rozando el insulto, y los administradores del referido grupo no hicieron nada, aun después de que muchos saliéramos en defensa de nuestra compañera e imploráramos que hicieran algo al respecto.
Así nació el grupo “Abogados Ejercientes”. Fue tal mi enfado ante tan injusta situación que me propuse crear un grupo única y exclusivamente para abogados ejercientes en España en el que pudiéramos expresar nuestras dudas, preocupaciones, comentarios, reformas, etc, sin miedo a ser “juzgados”, vilipendiados u observados por extraños a la profesión.
La única forma de asegurarme de que los miembros son abogados ejercientes era y es solicitando la acreditación en los distintos colegios profesionales con el número de colegiado y Colegio del que forma parte cada miembro.
Al principio de crear el grupo llegué a encontrarme a una persona que dio un número de colegiado falso.. sin dar crédito a lo sucedido y al ataque personal de este “señor” hacia mi persona me propuse que eso no ocurriera más.
Ahora, con más de 800 miembros (llegamos a ser 1.000) el trabajo que desarrollamos los administradores del grupo es arduo y complicado, revisamos una por una las acreditaciones de los miembros a través del Censo General de Letrados para asegurarnos que los miembros son realmente abogados ejercientes y cada solicitud de entrada es revisada con lupa para no caer en las “trampas”. De hecho hemos expulsado a más de 100 miembros por no acreditarse tras insistirles muchas veces.
El grupo está funcionando. Lo más importante para mí, que trabajo sola en mi despacho, es saber que puedo contar con compañeros que están en mi situación y expresar con total libertad mis dudas o mis opiniones compartiéndolas con compañeros que conocen plenamente y en primera persona las vicisitudes
de la profesión y los “sin sabores” que nos deja en multitud de ocasiones.
Éste es el espíritu del grupo “abogados ejercientes” y no sin esfuerzo y mucha dedicación es como se está desarrollando, quitándome mucho tiempo para otras cosas, pero merece la pena si conseguimos ayudarnos mutuamente y enriquecer nuestro día a día.
Antes que profesionales somos personas y aunque “enemigos en estrados compañeros fuera de Sala”.
Lola Díaz
Abogada Laboralista.
Lorca (Murcia)
Ilustración realizada por Andy Baraja Estudio Creativo