Aula Aranzadi


Lunes, 9:58 de la mañana y ya hay dos jóvenes apostados frente al aula 211; mi aula, bueno, el Aula Aranzadi de la Facultad de Derecho. Parece que alguien no ha hecho los deberes durante el fin de semana y ahora urge machacar el teclado a la desesperada antes de entrar en clase…

Para los que no lo conozcan, Aula Aranzadi es un servicio que presta la archiconocida editorial del mundo del derecho (actualmente integrada dentro de la multinacional Thomson Reuters) a través del cual se brinda a la Universidad un espacio de estudio y consulta (tanto en formato clásico como digital) se imparte formación en el uso de software de la compañía dirigido a la comunidad universitaria, amén de poder participar de ofertas exclusivas, concursos y un largo etcétera que nos depara el curso siguiente. Actualmente, Aula Aranzadi está presente en 15 universidades españolas, lo cual no hace sino destacar aún más su relevancia como elemento diferenciador y valor añadido a la educación y prestigio de nuestra maltratada institución.

Como responsable del Aula, toca bregar con un poco de todo: mi labor principal de cara al público se basa en el asesoramiento y asistencia a los alumnos en la documentación de sus trabajos y prácticas a través del uso de la base de datos Aranzadi Instituciones (buque insignia orientado a centros educativos y la administración en general), además de colaborar con el profesorado en el desarrollo de clases prácticas en el Aula; también he de difundir novedades en venta, gestionar iniciativas de la editorial (regalos al alumnado, promociones, solicitudes de obras por parte de los profesores) y en definitiva, ser su cara visible en la Facultad sirviendo de enlace entre ambas entidades.

Lejos parece que hayan quedado aquellos tiempos en los que recurríamos a Westlaw para intentar encontrar alguna resolución que sustentase nuestra teoría, en algunas ocasiones, o bien para “engordar”, más que engrandecer en la mayoría, el escrito de turno que nos quitaba el sueño (llega a resultar chocante encontrarse con PDI que aún a día de hoy continúa enviando discípulos al aula para que busquen en “el güestló”; nostálgicos, quiero pensar…).

Salvando las distancias, temporales y consecuentemente evolutivas de la añeja base de datos, allí es donde nos encontramos con el germen de lo que actualmente conforman las soluciones informáticas de la editorial; y es que, nunca fue tan sencillo y cómodo documentarse acerca de cualquier tema o materia legal. Así, al margen de los diferentes sistemas de búsqueda especializados que se nos ofrecen, bastará introducir un término o frase en su pantalla inicial para descubrir su potencial: toda la legislación y jurisprudencia relacionada a golpe de clic, doctrina administrativa y comentarios doctrinales, formularios e incluso diccionario jurídico. Por si ello fuera poco, también simplifica la actualización de nuestros conocimientos y actualidad legal a través de un sistema de alertas, así como la gestión de expedientes donde guardar nuestras búsquedas para posteriores consultas y realizar un seguimiento de la investigación.

Sencillez y comodidad, insisto, que nos ahorran un tiempo cada vez más escaso y con la garantía que aporta el estar respaldado por todo un peso pesado en el tratamiento de este contenido. Ya nos encontremos en el ámbito académico, con un plan Bolonia que a cada año que pasa parece volcar una mayor carga lectiva en los estudiantes, o en el día a día del ejercicio profesional, el correcto estudio y consiguiente construcción/solución del caso puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Siempre hubo y habrá voces disonantes respecto a los avances y la digitalización imparable del aprendizaje y de la profesión, críticas ante esta “robotización”; no obstante, de lo que se trata es de dar una respuesta más profesional, enfocar los esfuerzos en la preparación del asunto, el trato al cliente y en definitiva, ser más eficientes y productivos.

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Diego Recio Velázquez,

Licenciado en Derecho y Máster en Abogacía por la Universidad de Oviedo; Responsable de Aula Aranzadi desde 2014.

TOGUI NADANDO

Ilustración de Andy Baraja

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