Es conocida por todos la mala fama que tiene la justicia para los ciudadanos. Ante los tribunales nunca sabemos qué va a pasar: podemos perder o podemos ganar.
Para una familia con hijos, me pregunto qué es ganar un divorcio. Ganando uno y perdiendo otro ¿los hijos ganan? ¿qué se gana cuando se ha perdido tanto por el camino?
En el caso de una empresa, ¿merece la pena ganar un juicio a cambio de ventilar datos sensibles ante todo un país y por ello adquirir publicidad negativa? ¿de verdad sale ganando?
Existe otra forma de resolver este tipo de controversias, de una manera más pacífica y confidencial basada en los intereses de las partes y donde las emociones también cuentan. Se llama Derecho Colaborativo.
El Derecho Colaborativo es una nueva forma de ejercer el derecho y de entender la justicia sin acudir a la vía judicial.
La práctica colaborativa se basa en el trabajo en equipo de diferentes profesionales con el fin de encontrar soluciones a medida y no prefabricadas.
Las partes y los abogados se comprometen a trabajar por el acuerdo evitando los tribunales. Cada abogado defiende los intereses de su cliente sin perder de vista los intereses de la otra parte y así buscar una solución satisfactoria para todos en la que nadie se sienta perdedor. Se considera al otro como parte y no como contrario.
Es posible que para alcanzar dicha solución se necesiten profesionales, también colaborativos, con otros perfiles diferentes al de los abogados, como asesores financieros, psicólogos, coaches…para así poder hablar de una solución integral y no sólo jurídica.
En España este método de resolución de conflictos lleva casi 4 años de andadura y Asturias es una de las comunidades autónomas en la que estamos trabajando para difundir e implantar esta herramienta innovadora de la mano de la Asociación de Derecho Colaborativo del Principado de Asturias.
En concreto, a finales de junio ha tenido lugar el último módulo de formación de profesionales colaborativos. El broche final de la formación lo pusieron dos profesionales de la IACP (International Academy of Collaborative Professionals).
Una de ellas es abogada y mediadora de Canadá y otra psicoterapeuta y coach de Ohio.
Hemos tenido la oportunidad de aprender de su amplia experiencia y también de poder comprobar que este método funciona y muy bien.
Asturias ya es parte del movimiento colaborativo. Sabemos la resistencia al cambio que hay en nuestra cultura jurídica y por ello, ¿vamos a permitir que la justicia se quede aislada de los cambios que se están produciendo en el mundo?
El cambio más allá de las máquinas también es posible. Apostemos por la innovación social.
Lucía Moro Mijares
Fundadora de Irinikós
Abogada colaborativa por la Universidad Carlos III de Madrid, siguiendo los estándares de la IACP.
Presidenta de la Asociación de Derecho Colaborativo del Principado de Asturias.
Ha sido coordinadora y mediadora en el programa de Mediación Intrajudicial de la Universidad Carlos III de Madrid, del Programa de Mediación Vecinal del Ayuntamiento de Torrelodones y del Servicio de Mediación Hipotecaria de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Leganés.
Docente en cursos de mediación de diferentes entidades como el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, Ilustre Colegio de Notarios de Madrid, Cámara de Comercio de Madrid, Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Universidad de Oviedo…
Docente en el Máster de Mediación, Negociación y Resolución de Conflictos de la UC3M desde el año 2011.
Despacho profesional: Calle Instituto 19-3º C, Gijón, Asturias
Teléfono: 984.70.12.40
luciamoro@irinikos.com
Totalmente de acuerdo: nuestra práctica necesita un cambio y el Derecho Colaborativo debería ser el camino para ello. Hay que dejar a un lado la posición de ganar-perder tan clásica en nuestra profesión: las partes de un conflicto pueden ganar mucho más poniendo de su parte fuera de la vía judicial, en donde decidirán lo que ellos quieren, que acudiendo a los Tribunales, en donde sabes cómo entras pero nunca cómo ni cuándo sales… Es hora del cambio.